Mateo 9: 35-38.
35 Jesús recorría todos los pueblos y aldeas enseñando en las sinagogas, anunciando las buenas nuevas del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia.36 Al ver a las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban agobiadas y desamparadas, como ovejas sin pastor.37 «La cosecha es abundante, pero son pocos los obreros —les dijo a sus discípulos—.38 Pídanle, por tanto, al Señor de la cosecha que envíe obreros a su campo.»
Comenzamos con un principio (si, aunque suene obvio), porque es el primer tema que nuestra asesora auxiliar Marjorie Illanes (la Mayo), nos compartió en esta, nuestra primera reunión de núcleo del Pedagógico en 2009.
Comenzamos volviendo al principio; tomarnos con lo que quizás ya hemos leido o que tal vez se nos repite constantemente, pero que debiese estar más presente en nuestra vida cristiana: El trabajo para la obra, porque esta es abundante, pero somos aún pocos.
Mayo nos hizo ver que el pasaje es una visagra textual; un punto de unión entre la historia anterior y lo que continuará en el relato. Comienza Mateo diciendo que "Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo", al volverse a lo que está antes en los capítulos 8 y 9, se nos muestra a Jesús viajando, acompañando, enseñando y el autor le da un fuerte énfasis en los milagros de Jesús; dice que él se compadeció de las multitudes y allí Mayo nos hizo detenernos en que la compasión la sentimos más fácilmente a nivel individual con los demás, pero más difícilmente hacia una multitud; la causa de dicha compasión era la observación del desamparo y agobio de la multitud y la menciona en el lenguaje campestre, fácilmente entendible al contexto de quienes le oyen: "como ovejas sin pastor".
Luego, ocupando otra figura literaria relacionada con el campo, dice Jesús a sus discípulos que pidan "al Señor de la cosecha que envíe obreros a su campo", porque "la cosecha es abundante, pero pocos los obreros".
Salió de la reflexión una práctica muy asociable a Jesús: Su capacidad de ligar sus palabras con sus acciones. Queda evidenciado en la palabra "recorría" que El iba al lugar donde estaba la necesidad e iba predicando el evangelio del reino, a lo que inmediatamente se añade que sanaba toda enfermedad del pueblo; Quién se hacía llamar el hijo de Dios, transportándose como cualquiera en su época, pero no comportándose como cualquiera en su época. No solo siendo consecuente con su teoría, sino llegando a ser dentro de su cultura un punto de tensión, al actuar de un modo que le colocó en contra de las autoridades, llegando a morir por traer el reino de los cielos a la tierra. Por acoger a quienes Dios les mandó a acoger.
Hoy, aquellos que nos consideramos obreros, ¿cuál creemos que sea nuestra labor de acoger, de trabajar en aquellas ovejas agobiadas y desamparadas en una sociedad que propende a dichos estados en las personas? ¿De qué manera podemos llegar a integrar a aquellos que no conocen a Dios, ayudándoles a dejarse acoger por él? ¿De qué forma nos sensibilizamos a los otros en una sociedad que, a través de los medios de comunicación, nos muestran lo terrible que es vivir y por ende si queremos sobrevivir debemos transformarnos en seres estoicos, inconmovibles?
Ese día hablamos que la tolerancia y el dejar la indiferencia de lado, poniendo atención a las personas de nuestro alrededor eran un buen comienzo. ¿Cómo lo llevamos a la práctica y cómo nos parecemos a Jesús en un entorno no tan distinto del que él vivió ? ¿Cómo combatimos el desaliento y agobio de estos días sin caer en la negación de la realidad?
Dios los Bendiga.
1 comentarios:
bueno si ya comenzamos.... SIGAMOS CON EL RESPALDO DE PAPITO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
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