"Ciertamente diversos suelen ser los caminos por los cuales, muchas veces nos conduce la vida. Saber tomar una decisión, para elegir el camino que resulte más adecuado, enfrentarse consigo mismo y con el resto, sin duda, nos hace experimentar una sensación de total confortabilidad y compromiso, pero que en ocasiones pasa a transformarse en algo total e inefablemente grato.
El aceptar este nuevo “desafío”, por llamarlo de alguna forma, conformó en mí desde un comienzo infinitos cuestionamientos y pensamientos de diversa índole; creyendo que no sería capaz de integrarme a un núcleo que no es el que habitualmente frecuento, que tal vez, me sentiría diferente emocionalmente hablando y por qué no decirlo un poco fuera de lugar. Inevitable y evidentemente el principal objetivo que todos quienes tuvimos oportunidad de participar de esta experiencia era solo uno; alabar la grandeza e inmensidad de un mismo Dios.
Desde una perspectiva un poco más externa, debo decir que admiro muchísimo aquella sencilla, pero al mismo tiempo sumamente importante instancia que existe para comunicarse con Dios de una forma tan íntima y cercana como lo es “La oración”. Y que muchas veces a cualquiera de nosotros nos resulta tan difícil de concretar.
Sin duda alguna, esta ha sido y será una de las experiencias más bellas a las que me he debido enfrentar, el solo hecho de poder compartir con tantas personas, tan diversas y sintiendo a pesar de ello que no existían diferencias, prejuicios, ni juicios, sintiendo que única y exclusivamente nos unía a todos el amor hacia Dios.
De la misma forma, me satisface y llena de una inconmensurable alegría mi alma y mi corazón, el saber que dentro de todas las dificultades y circunstancias que inesperadamente se presentan desde tiempos remotos y que a la vez no dejan de ser indiferentes en nuestro mundo actual, aun existen personas jóvenes, que compartimos un ideal, que motivados plenamente y que sin más pretendemos llevar una vida orientada de forma consecuente con lo que profesamos, en donde lo que prima más allá de ser como Cristo o actuar como él, es convertirse en Cristo mismo en la tierra, compartiendo con el mundo entero su palabra, su vida y su obra.
Siento que la palabra “gratitud” en ocasiones, tal como lo es esta para mí, no concibe expresar lo que en este preciso instante experimento, pero de todas formas, considero que es la más adecuada y por ello agradezco infinitamente a Dios el haberme guiado en la elección de este camino y poder hoy formar parte de GBU, así como el permitirme descubrir y conocer de una forma muy especial a personas tan bellas y llenas de amor, que día a día y tal vez sin imaginarlo llenan de alegría mi espíritu, mi alma, mi vida; y en donde a través de ellas, Dios, me permite conocerle y enamorarme cada vez más de él.
Quisiera también agradecer a todas y cada una de las personas que hicieron posible el vivir esta bellísima experiencia, que sin duda, contribuyeron a hacer de ella, algo sumamente especial. Me encantaría que instancias de este tipo, se multiplicasen infinitamente y en donde cada día seamos más, los que unidos por el amor a Dios vivamos de este hermoso momento.
La sabiduría y el amor a Dios por nosotros es realmente impresionante y siento que debido a ello, hoy soy parte de GBU, y no lo fui hace uno o dos años atrás o algunos meses más adelante, pero nunca es demasiado tarde para hacer lo que realmente anhelamos, cuando uno ama lo que hace, el tiempo muchas veces pasa a ser irrelevante y hoy puedo decir que me siento tranquila conmigo misma, orgullosa e inmensamente feliz de conformar parte de una vivencia que sin duda alguna, dejará huellas en mi vida: GBU. "
El aceptar este nuevo “desafío”, por llamarlo de alguna forma, conformó en mí desde un comienzo infinitos cuestionamientos y pensamientos de diversa índole; creyendo que no sería capaz de integrarme a un núcleo que no es el que habitualmente frecuento, que tal vez, me sentiría diferente emocionalmente hablando y por qué no decirlo un poco fuera de lugar. Inevitable y evidentemente el principal objetivo que todos quienes tuvimos oportunidad de participar de esta experiencia era solo uno; alabar la grandeza e inmensidad de un mismo Dios.
Desde una perspectiva un poco más externa, debo decir que admiro muchísimo aquella sencilla, pero al mismo tiempo sumamente importante instancia que existe para comunicarse con Dios de una forma tan íntima y cercana como lo es “La oración”. Y que muchas veces a cualquiera de nosotros nos resulta tan difícil de concretar.
Sin duda alguna, esta ha sido y será una de las experiencias más bellas a las que me he debido enfrentar, el solo hecho de poder compartir con tantas personas, tan diversas y sintiendo a pesar de ello que no existían diferencias, prejuicios, ni juicios, sintiendo que única y exclusivamente nos unía a todos el amor hacia Dios.
De la misma forma, me satisface y llena de una inconmensurable alegría mi alma y mi corazón, el saber que dentro de todas las dificultades y circunstancias que inesperadamente se presentan desde tiempos remotos y que a la vez no dejan de ser indiferentes en nuestro mundo actual, aun existen personas jóvenes, que compartimos un ideal, que motivados plenamente y que sin más pretendemos llevar una vida orientada de forma consecuente con lo que profesamos, en donde lo que prima más allá de ser como Cristo o actuar como él, es convertirse en Cristo mismo en la tierra, compartiendo con el mundo entero su palabra, su vida y su obra.
Siento que la palabra “gratitud” en ocasiones, tal como lo es esta para mí, no concibe expresar lo que en este preciso instante experimento, pero de todas formas, considero que es la más adecuada y por ello agradezco infinitamente a Dios el haberme guiado en la elección de este camino y poder hoy formar parte de GBU, así como el permitirme descubrir y conocer de una forma muy especial a personas tan bellas y llenas de amor, que día a día y tal vez sin imaginarlo llenan de alegría mi espíritu, mi alma, mi vida; y en donde a través de ellas, Dios, me permite conocerle y enamorarme cada vez más de él.
Quisiera también agradecer a todas y cada una de las personas que hicieron posible el vivir esta bellísima experiencia, que sin duda, contribuyeron a hacer de ella, algo sumamente especial. Me encantaría que instancias de este tipo, se multiplicasen infinitamente y en donde cada día seamos más, los que unidos por el amor a Dios vivamos de este hermoso momento.
La sabiduría y el amor a Dios por nosotros es realmente impresionante y siento que debido a ello, hoy soy parte de GBU, y no lo fui hace uno o dos años atrás o algunos meses más adelante, pero nunca es demasiado tarde para hacer lo que realmente anhelamos, cuando uno ama lo que hace, el tiempo muchas veces pasa a ser irrelevante y hoy puedo decir que me siento tranquila conmigo misma, orgullosa e inmensamente feliz de conformar parte de una vivencia que sin duda alguna, dejará huellas en mi vida: GBU. "
Paulina Mendoza, estudiante de Cuarto Año de Pedagogía General Básica en la UMCE.
Parte del GBU del Peda desde marzo del 2009. Refiriéndose a su experiencia del Encuentro Zonal Centro celebrado en Quilpué el 1,2 y 3 de Mayo